sábado, 15 de noviembre de 2008

Asakusa

Esta mañana me han levantado a las 7 de la mañana a golpe de telefono y a las 7:30 estaba esperando en la estación de Jimbocho a mi guía japones. Nos fuimos a ver Asakusa, un barrio de Tokyo que aún conserva en encanto de los pueblos. Ya estuve allí el martes, visitando el templo de Senso-Ji, pero una visita de media hora no es visita.



Una gozada esto de ir de la mano de un nativo. Se ven las cosas de otra manera. Por ejemplo, estaba empezando a pensar que aparte de la comida de alta gastronomía, la comida popular japonesa era muy limitada y de media/baja calidad. Claro está que lo que había venido probando era comida tipo menú del día en barrios céntricos, comida rapida para los oficinistas. Una mirada más relajada me abre un mundo de galletas (ummm), dulces y otros manjares más salados. Multitud de formas, sabores y nombres que no sabría repetir. Que triste es la ignorancia!



La primera vuelta bien se merece un pinchito de bolas de arroz en salsa de soja, pincho echo a las brasas. ¿Otra vez arroz y soja? Recordemos que la soja es casi como nuestro aceite y el arroz como el trigo, pudiendo adquirir multitud de formas. Las bolas tienen una textura gomosa y tierna y no parece arroz. En cuanto a la salsa, creia que era miel, dios!



Galletas de todo tipo amenizan el camino. Tienen incluso maquinas para hacer galletas rellenas. La maquina rellena el molde de harina de trigo, lo calienta , lo rellena de soja roja, le imprime un dibujo, lo saca y lo empaqueta en un sobrecito transparente. Que moderno, aunque el aspecto de la maquina nos hace pensar que fue comprada en los años 40. Si, relleno de soja roja, otra vez que creia que era compota de ciruela, diossss!



Tras una hora de andar y abrir los gueyos ante las carnicerias, paramos en una y tomamos una especie de empanadilla de carne. Un rebozado crujiente que aloja un riquisimo relleno de carne picada, cebolla ¿y soja? Umm, mi cuerpo vibra al recibir despues de muchos días proteina y grasa. Como dice mi acompañante al indicarle que no comen mucha carne - "Nosotros los orientales somos labradores, vosotros cazadores"

En una de las avenidas me señala un restaurante cuya especialidad es el fugu. Este pescado tremendamente venenoso y feo es aqui una esquisitez, como para nosotros el oricio :) Solo lo pueden preparar cocineros que hayan recibido un titulo especial de prepararor. En cuanto a los contados casos de envenenamiento mortal, al parecer hay gente que le seduce la sensacion de crispacion nerviosa que produce el veneno de este pez y no controla la dosis ¿?¿??



El barrio Aqui se detiene el barullo de Tokyo. se alienan restaurantes familiares con puestos de comida en la calle, tiendas de artesanía (boles, palillos, sombrillas, pañuelos, kimonos y yukatas, ceramica, etc.). Casas de entre una y tres plantas, algunas de ellas de principios de siglo, pero sin pretensiones. Este fue un barrio humilde de artesanos y quizas por ello es de lo más autentico que nos podamos encontrar en la urbe de Tokyo. Aparte del recinto de Senso-ji se ubican por las calles pequeños recintos con un jardin y efigie de buda o alguna divinidad. Mas alla se encuentra el río Sumida, que desemboca en la bahía de Tokyo.

Por la tarde, campeonato.

3 comentarios:

Fartones dijo...

Esto entama a ser un blogue gastronomicu has de dici-y a Kohata que te lleve a un chigre guapu y me lu postees :-)
Vaya envidia de viaxe, cabron

merp dijo...

Tanta envidia nos estas dando que este domingo tuve cena nipona en casa. Cortesia de la seccion de congelados del Corte Inglés. :-D

huanho dijo...

Es que aqui matxo, lo de comer ye sagrau. No os imaginais la cantidad de sitios que hay para comer. Yos gusta mas la xinta que a un de la pola dios!

En cuanto a los conxelaos del Coste Inglés, per equi también se come mucho de envasados de supermercau, los famosos bentos y mucchos mas rollos. Incluso te pueden dar una vueltina al micro la tu compra.

Y tranquilinos, ya os llevaré un día por estes tierres :D